Tim tenía un sueño y se esforzó día a día en convencer a sus padres de que estaba más que capacitado para poder cumplirlo. Cuando alcanzó la edad de 14 años notaron que era el momento de apostar por él y gracias al apoyo incondicional de su familia hoy Tim es el primer propietario con Síndrome de Down.
El joven y su entorno pidieron asesoramiento para planificar todos los detalles y poco después pusieron en marcha el "Restaurante de desayunos, almuerzos y abrazos" donde no solamente prima una calidad excelente del servicio, sino que Tim se asegura de que tanto los clientes como la plantilla a su cargo se sientan parte de ese sueño.
Tim no entiende su discapacidad como un límite, sino como una nueva forma de expresar al mundo que en realidad nada es imposible. Tanto sus padres como su hermano se sienten orgullosos de su experiencia y dedicación, y animan al resto de familias a implicarse positivamente en las decisiones importantes de sus hijos.
Tim es feliz regentando su restaurante. Es el sueño de su vida.
“No dejé que mi discapacidad acabara con mis sueños. Las personas con discapacidad pueden conseguir cualquier cosa que se propongan. Somos regalos para el mundo”, concluye sonriendo.
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